¿Cuál es la versión que tienes de ti mismo? ¿Es posible cambiar esa percepción y mejorarla? En esta conferencia discutiremos estos temas, proyectándonos hacia el futuro. Es ideal tanto para jóvenes que están empezando sus vidas como para mayores que quieren cambiar las suyas.
Cada persona encierra un mundo tan complejo, que no alcanzan las palabras para describir lo que cada uno fue, lo que es, lo que piensa, lo que siente. Aun así, seguimos tratando de explicar, desde nuestra minúscula limitación humana, la realidad de lo que nos tocó vivir.
Dar conferencias y compartir los conocimientos que uno ha adquirido con los años es siempre una alegría. «Los retos de la vida», «La vida es un cubo redondo» y «Un viaje algo extraño» son los títulos de algunas charlas que di.
El nuevo ciclo se llama «El mundo que vivimos», que trata sobre cómo podemos cambiar lo que nos rodea.
Todo empezó gracias a una torta congelada, el día del cumpleaños de Estela. A medida que transcurren los capítulos de esta novela, se desarrolla una trama llena de conversaciones sinuosas, misterios desvelados, realidades paralelas y trapitos al sol.
Descubrir el mundo interno y el camino de vida que tiene cada persona es siempre una bocanada de aire fresco. Escuchar sus historias es una forma de crecer como persona.
Empecé a dirigir entrevistas por Zoom durante la pandemia, después las realicé en teatros y las últimas fueron grabadas en el set de televisión de Cadena A.
. Querida Estrella, ¿qué es el silencio? El silencio, bienamada Belén, es la falta de colibrís en el jardín. Sucede cuando te encuentras sola ante el mundo, cuando los esfuerzos que haces no son reconocidos, cuando en vez de palabras de aliento sólo recibes eso: silencio. Es importante que reconozcamos que todos sufrimos de silencio. […]
. La oscuridad, bienamada Belén, es la ausencia de amor. Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia. Y donde hay indiferencia, no hay nada, sólo hay ahí un agujero negro, todo oscuridad, nada de luz. Eso está presente en todos nosotros. Querida Estrella, no me gusta eso de saber que tengo […]
. Él salió de su casa a las cinco de la mañana para dirigirse a la estación de tren, como era su rutina desde hace muchos años. Esta vez había una temperatura agradable. «Va a hacer calor hoy», pensó. Debía apurarse, porque la línea 54 llega exactamente a las 05:23 de la madrugada. Ellas, hermosas […]
… Querida Estrella, ¿qué es el universo? El universo, mi bienamada Belén, es lo que radica en ti. Las galaxias son tus sentimientos y las constelaciones tus estados de ánimo. Las estrellas, esos puntos luminosos que brillan, son las personas, plantas, animales o cosas que quieres y amas. Porque has de saber, mi tierna Belén, […]
h Me gusta comer, ¡qué puedo hacer! Dos panes en el desayuno, una empanada a media mañana, sopa y repetición de plato principal para el almuerzo (acompañado de un vaso de Coca-Cola, que me encanta), un bizcocho para el té de la tarde y en la noche una buena cena con papa y arroz, porque […]
. – Qué hermosa vista al mar tienes desde tu restaurante… mirá nomás esos colores… – Sí, la verdad es que soy afortunado. Y como este, hay otros lugares que tienen la misma vista. Son casi 220 kilómetros de costa que tenemos de sur a norte, es la ventaja de ser un solo país. – […]
Te doy mi amor pero no te doy mi paz, porque amar angustiado no es la forma de amar. Te doy mi tiempo pero no te doy mi oportunidad de crecer, porque crecer es mi derecho, no tu propiedad.
. Cuando el creador te dio el encargo de protegerla, no te dijo cómo ni cuándo ni dónde. Eso lo irías a saber cuando llegue el momento. «Una luz te guiará», escuchaste. A medida que crecías, te olvidaste completamente del deber que tenías por delante. Te dedicaste a jugar con tus hermanos, a pasear con […]
Dices que los espíritus de tus antepasados rondan por cada esquina y están presentes en cada árbol. No importa, igual tengo el derecho de estar acá. Si me invitaron o si llegué sin avisar es lo mismo para mí. Aquí construí mi nueva casa.
Grito al cielo la verdad, mi verdad, que yo sé que sí existe. Es mi obligación decirles lo equivocados que están. Pero por más que vuelque mis ojos y parezca un iluminado, o extravíe la mirada y parezca un visionario, …
Quieres paz. Quieres perderte en el horizonte del mar, en la luz del atardecer, en la fragancia de los jazmines. Pero nada de eso ocurre, solo hay una larga letanía de días iguales que va carcomiendo tu fe y tu alegría de vivir.
. A ver, a ver, a ver… Dices que no lo soñaste, que esto realmente pasó. Pero, qué te puedo decir… ¡No te creo! Me dices que fuiste a esa fiesta invitado por una amiga, que además era tu ex. Ok, hasta ahí vamos bien. También me dices que ahí eran todas mujeres, y que […]
Extraño el silencio. Extraño el dulce encuentro con mi alma y extraño el sosiego de mis pensamientos. Y es que hay mucho ruido, que me pierde, me evade, me confunde. Pienso en los diferentes tipos de silencios que existen.
Cuando verdaderamente acaricias a alguien tienes que pensar que no solo tocas una superficie. En realidad, estás llegando a algo más profundo. Imagínate que estas traspasando la piel y casi puedes tocar la carne viva.
Separaciones, tan crueles unas veces, tan necesarias otras. Separaciones de los padres, separaciones de la tierra que nos vio nacer, separaciones del ser amado y de los hijos. Cada cual verá como asumirla y como sobrevivirla en su propia existencia.
Deja tu imaginación volar y déjala despedazarse entre las rocas. No la sujetes, no le pidas obediencia ni tampoco disciplina. Ignora razones y simplemente lánzate al vacío. La imaginación tiene alas, tiene viento, tiene vida.
28 marzo 2024.Tiempo de lectura menos de 1 minuto.
Cómo puedo sentir tu presencia si tú no estás. Y es que estas aquí pero tu mente divaga, perdida en pensamientos lejanos, en parajes extraños. Ya volviste, pero sigues mirando atrás. Me ves, y te preguntas que sucederá. Te veo, y no sé qué piensas.
Qué hermosa es la vida cuando la recuperas, cuando sientes nuevamente el aire en los pulmones y recobras la claridad de los pensamientos, cuando ves la luz después de salir de pantanos emocionales.
Hablas… y parece que no te escuchan. Piensas… y parece que no te entienden. Sientes… y parece que no te responden. Entonces qué, ¿hablas al viento? ¿Eres parte de él? Piensa que el viento es una extensión tuya.
En el camino todos somos iguales. No importa el idioma que hables, tu clase social, el color de piel o tu creencia religiosa. Empiezas y terminas en el mismo lugar que el resto. La diferencia está en la compañía que eliges y el peso de tu carga.
(basado en un cuento de Julio Cortázar, titulado «Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj») Piensa en esto: cuando te regalan un celular te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire.
En esta sección hay varios comentarios que escribí sobre un libro que me impactó, La mujer justa, del autor húngaro Sándor Márai. No es una crítica literaria en sí, sino solamente comentarios.
Esta historia relata la llegada de mis padres a Bolivia como inmigrantes italianos. Este hermoso país les ofreció tiempos de alegría e ilusiones. Aquí vieron nacer una vida nueva juntos, dejando un legado de honestidad, integridad y mucho trabajo.
Estoy sentado en un banco frente a un tribunal. En frente mío, en la primera fila de las graderías del público, se encuentran, mirándome fijamente, mis tres esposas y la mujer que amo.
Raffaele tomó la decisión de salir de Italia en 1924, siguiendo los pasos de su padre Angelo, quien emigró a Brasil en 1885, y de Giuseppe Grisi, posiblemente su abuelo, quien llegó a México en 1860. Cada uno de ellos dejó su semilla en el nuevo continente.
¡Buenos días, querida familia Grisi en Latinoamérica! Mi nombre es Marcos Grisi Reyes Ortiz, soy escritor, tengo 55 años y vivo en Santa Cruz, Bolivia. Si leen estas líneas es porque han entrado a mi sitio web, http://www.marcosgrisi.com, donde publico por Internet historias reales de familias y de personas. *** Bom dia, querida família […]
La protagonista de esta historia es Manuela Ibáñez Velasco, conocida cariñosamente como Mamamía (1868 – 1961). Sus hijos: Pastora, Asunta, Miguel y Clara fueron progenitores de las familias Landívar, Escalante, Mansilla Saucedo y Reyes Ortiz.
Entre risas y afectos, nos reunimos Charito, Rosemarie, Luis Fernando, Cuca, Pocha y Pico para recordar con cariño la historia de nuestros padres y de la familia. De este esfuerzo surgió un relato, que compartimos con todos ustedes.
All’inizio del ventesimo secolo, due fratelli del meridione, Biagio e Giuseppe Orrico, arrivarono in Bolivia cercando opportunità di lavoro. Li accompagnò Fortunata, moglie di Biagio, e Rossina, la loro figlia. A la Paz, poi, sarebbero nati altri tre bambini.
Después de la muerte de la señora Lydia, las mujeres de la familia se autoimpusieron un luto riguroso por dos años. El doctor Gutiérrez, por su lado, se encontró de repente en una casa nueva y demasiado grande para él solo.
La prima volta che vidi Federico fu il giorno del matrimonio di Vittoria. Ero appena entrata a casa sua, insieme ad un amico, quando lui girò lo sguardo per vedere chi stava arrivando. I nostri occhi si incontrarono. Dal nulla, sentii una fitta al cuore.
Después de volver de Brasil, el Dr. Osvaldo y la señora Lydia ingresaron a una nueva etapa en sus vidas, compartiendo temporadas largas tanto en la ciudad como en Guacareta. Los hijos mayores estaban casados y solo Pico vivía con ellos.
La primera vez que vi a Federico fue el día de su matrimonio. Acababa de entrar a la casa de Victoria, su novia, cuando él volcó la mirada para ver quién llegaba. Nuestros ojos se encontraron. De la nada, sentí un flechazo.
Este es un período de mucha actividad. Los hijos ya habían terminado sus estudios y, poco a poco, a medida que se iban casando, fueron abandonando el hogar. El Dr. Gutiérrez desarrolló en esa época una intensa actividad institucional y cívica en Santa Cruz.
En mi vida tuve la oportunidad de viajar por muchas partes del mundo. He conocido lugares maravillosos, pero ninguno me enseñó tanto como el Tíbet. En este relato contaré cómo inicie ese viaje y lo que me sucedió allá.
La represión del MNR y el autoconfinamiento en la hacienda Guacareta afectó severamente la economía familiar. Los niños se educaron en internados en el exterior y los hijos mayores empezaron sus vidas adultas.
Esta historia relata las experiencias que he vivido como médico recién egresado de la facultad. Servirá para que los estudiantes de Medicina puedan entender el ambiente, las presiones y las responsabilidades de la profesión. No es fácil.
A principios del siglo XX dos hermanos del sur de Italia, Biagio y Giuseppe Orrico, llegaron a Bolivia buscando oportunidades de trabajo. Los acompañó Fortunata, esposa de Biagio, y Rossina, la hija de ambos. En La Paz, después, nacerían tres niños más.
En esta etapa nacieron los hijos mayores y la familia se trasladó por un tiempo a La Paz, donde el Dr. Gutiérrez asumió un cargo en el gobierno. Llegó después la revolución de 1952, la persecución política y el nacimiento de la hija menor.
En este período gobernaron doce presidentes, de los cuales dos fallecieron estando en funciones. Se llevaron a cabo cuatro elecciones, tres golpes de Estado, dos revoluciones y un autogolpe. También hubo un gobierno transitorio.
La historia de la familia Roda en Bolivia se inició en 1909 cuando Recaredo, un joven de dieciséis años, partió de Valencia rumbo a Buenos Aires. Llegó a Santa Cruz dos años después como ayudante de un francés, acarreando mulas.
Cada acto de amor que realizas en tu vida, por más pequeño que sea, resulta en un regocijo de espíritu. Lo puedes notar porque tal vez cambias de estado de ánimo o te sientes más ligero. Sabes que has dado un poco de felicidad a alguien más.
Mi padre, Abraham Afcha, nació en Ramallah, Palestina, el año 1899. El Imperio Otomano dominaba la zona en ese entonces. Cuando era un jovencito de catorce años, en 1913, el mundo estaba a punto de entrar a la Primera Guerra Mundial.
En este relato cuento la historia de Dionisio Foianini Ioli, el primer inmigrante de la familia, y de mi tío abuelo Dionisio Foianini Banzer, quien aportó con la fundación de la empresa estatal de petróleo y el Tratado de Paz con Paraguay.
El primero en llegar a Bolivia fue mi abuelo materno, Nagayoshi Kiyonari, en 1932. En La Paz nacieron sus cuatro hijos, entre ellos, mi madre, Fumiko. En 1956 llegó mi padre, Motoyoshi Kimura. Aquí cuento la historia de nuestra familia.
Los veintiún días de movilización ciudadana nos cambiaron la vida de alguna manera: hicimos nuevas amistades con los vecinos, nos acercamos más a nuestra religión y aprendimos el valor de mantenernos unidos por una causa común.
El viernes 14 de junio de 2019 se reunieron once trabajadores de La Papelera S. A. para contar anécdotas de la empresa. Recordaron al Tata von Bergen, los campeonatos de fútbol, la solidaridad de los compañeros, y las primeras experiencias.
Entré a La Papelera el 5 de noviembre de 1965 cuando tenía veintiún años, acababa de salir del cuartel. Presenté una carta al Tata von Bergen solicitándole trabajo. Ese papel lo tengo conmigo, me lo dieron como recuerdo el día en que me jubilé.
Entré a trabajar a La Papelera en 1986, cuando tenía veintinueve años. Yo jugaba fútbol, los campeonatos en los que representábamos a la empresa eran casi nuestro segundo trabajo. La casaca la he vestido como si fuera mi propia piel.
Trabajo en la sección de Cartón Corrugado en la planta de El Alto. Ingresé a trabajar el 16 de octubre de 1990, el mismo año en que me casé. Gracias al sueldo que gano, mi esposa vive tranquila.
Mi ingreso a la empresa fue a través del deporte. El equipo de fútbol era muy fuerte en los campeonatos, y podían necesitar nuevos jugadores. Yo jugaba como arquero y tenía posibilidades de entrar, pero dependía del sindicato.
Quisiera contar una historia personal que sucedió hace cinco años. Un día, después de trabajar, tuve un accidente cuando conducía mi moto, del que salí muy lastimado. El apoyo que recibí de mis compañeros en los siguientes meses fue enorme.
Entré a trabajar a la empresa el 1° de abril de 1987, en el departamento de Contabilidad. Mi jefe era don Germán Lino, gerente administrativo financiero, contador y jefe de Recursos Humanos.
Ingresé a trabajar a La Papelera el año 1986, en el área de Cobranzas. Mi jefe fue el Sr. Rolando Dalence, quien también venía de la banca. En esa época la lista de deudores la escribíamos a máquina todos los días, hoja por hoja.
La Papelera fue mi primer trabajo. En el año 1992, el Sr. Carlos Mérida, jefe de Recursos Humanos, me invitó a conocer la empresa. Me presentó al gerente general, don Jorge von Bergen, quien me preguntó: “¿Quieres trabajar aquí?”
Uno de los temas más complicados que enfrenté en mi vida laboral fue la reestructuración de la empresa, que se realizó entre los años 1997 y 2000. Nos vimos obligados a tomar decisiones difíciles.
Entré a La Papelera el año 2013 para asumir un nuevo reto profesional: cambiar de una empresa de servicios en el centro de la ciudad a una empresa industrial. Recuerdo con claridad cómo fueron los primeros días en la empresa.
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